Sueños en el día de Reyes

¡Qué ilusión el día de Reyes! ¡Qué belleza la ilusión de los niños esperando ver todos los regalos que han recibido de sus Majestades! ¡Cuántos sueños que se hacen realidad en este día por las ilusiones cumplidas y cuántos sueños queremos que se nos cumplan y no llegan cuando deseamos! Los sueños son importantes porque muchos son ilusiones, deseos y esperanzas que queremos que se cumplan y que nos motivan para seguir avanzando cada día. Si hay un sueño que deberíamos pedir cada día los creyentes al Señor es el de la santidad, porque nos metería de lleno en el camino de la perfección, de la felicidad verdadera y del encuentro constante con Dios.

En la Biblia vemos cómo Dios se revela a través de los sueños y desvela cuáles son los planes que tiene para los interesados. Dios también tiene planes para cada uno, porque como hijos suyos que somos espera grandes cosas nuestras. Los sueños que vienen de Dios, y no de la mente del hombre, son los verdaderos, los que nos hacen crecer y avanzar en nuestro camino. No es que los sueños del hombre sean malos o no nos ayuden a crecer y hacer que mejore el mundo cuando los logramos, sino que los sueños que Dios nos revela, buscan, sobre todo, su gloria y nos proporciona los recursos necesarios para que podamos hacerlos realidad.

 

A los magos de Oriente, el Señor les proporcionó una estrella que les condujo hasta el portal de Belén. Sólo la perdieron de vista cuando se adentraron en la ciudad, en el palacio de Herodes, para preguntar dónde estaba el Niño Dios que había de nacer. Los apegos, las comodidades y las luces que el mundo nos pone, para que vivamos al margen de la Historia de la Salvación y de Dios, hacen que no veamos cómo brilla la luz del Señor en medio del silencio y de la soledad de la noche. Cada uno debemos adentrarnos en el silencio y en la noche para descubrir cómo Dios nos ilumina y se nos revela.

«Después de oír al rey, se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría» (Mt 2, 9-10). Como siempre hemos de empezar a caminar para encontrar los signos que Dios nos pone para seguir en la dirección adecuada y poder llegar a contemplar al Niño Dios que ha venido a dar sentido a nuestra vida.«Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino» (Mt 2, 12). Dios habla en los sueños, Dios nos habla en nuestra vida, en nuestro día a día, para que aprendamos y tengamos claro todo aquello que tenemos que hacer.

Sigue poniendo a Dios en medio de tu vida y de tu corazón, para que confíes plenamente en el Dios del Amor. Él nunca defrauda y siempre nos ayuda para que los anhelos más profundos que tenemos los podamos hacer realidad. Ya sabemos de sobra que para Dios nada hay imposible; por eso, no pierdas la esperanza y pon en las manos del Señor toda tu vida, para que Dios los ponga en su Plan de Salvación y entres a formar parte de él. Los sueños de Dios son más grandes que los nuestros y quiere que entres a formar parte de ellos. Así tu mentalidad y la visión que tienes de tu propia vida cambiará, porque el Señor te hará “volar” de una manera que ni te podrás imaginar. Con Él todo es posible y la vida se ve de una manera totalmente distinta. Entonces los sueños ya no te serán necesarios, porque estando en las manos de Dios comprenderás que su Voluntad supera todo tipo de deseos.

Entra en esta dinámica de Dios, quien se abandona en Dios no necesita sueños, su presencia todo lo llena y poner en práctica el Evangelio siendo totalmente fiel es el mayor de los anhelos. Que los magos de Oriente te ayuden a ponerte en camino y ser cada día fiel a la Palabra del Señor Jesús.