
A menudo solemos decir a los demás que cuenten con nosotros para lo que necesiten y que estamos a su disposición en cualquier momento. Cuando lo decimos es de verdad, de corazón, y lo hacemos convencidos de que nos queremos entregar en la empresa que nos piden.
Si algo tiene la disponibilidad es la falta de apego a lo que haces. Te sientes comprometido, pero no atado, porque entiendes que tus cosas son importantes pero el reto que se te presenta por delante es mayor que tus propios planes. Cierto es que la vida nos sorprende, tanto para bien como para mal, pero quien no arriesga no gana, y en esta vida nos gusta ir demasiado seguros a las cosas, porque aventurarnos y ver que nuestro mundo personal se desestabiliza, no nos gusta y nos genera una gran inestabilidad.

Siempre me ha llamado la atención cuando me han dicho que se utilizan menos músculos de la cara cuando se sonríe que cuando se está enfadado. Hay muchos tipos de sonrisa: alegría, miedo, vergüenza, enfado, dolor, desprecio, incredulidad, júbilo, entusiasmo… La sonrisa la utilizamos cuando estamos pasando un buen momento y también cuando no es tan bueno. Y es que el ser humano es capaz de sonreír y sin embargo de confundir y disimular el estado de ánimo que se puede tener en el momento.