SESIÓN 10 (1 ciclo)

SESIÓN 10 – TIEMPO ORDINARIO

  • OBJETIVOS
    • Aprender a hacer la señal de la cruz, la genuflexión y estar en silencio en la Iglesia.
    • Aprender la historia de Moisés y la Alianza que hizo con Dios, los X Mandamientos.

  • DESARROLLO

PRIMER MOMENTO

RUTINA

  • Antes de entrar en la Iglesia:
    • El grupo se pone en fila y en silencio.
  • En la Iglesia:
    • Cada niño al entrar hace la señal de la cruz.
    • Nos acercamos al altar por el pasillo central.
    • Hacemos la genuflexión mirando al sagrario.
    • Nos vamos al banco en silencio y nos sentamos.
    • El catequista recuerda la historia Moisés y cómo liberó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto. Recordamos también los X Mandamientos y le pedimos a Dios que nos ayude a acordarnos siempre de Él.
    • Rezamos el Padre Nuestro con el grupo.
    • Nos levantamos y en fila hacemos la genuflexión delante del sagrario.
    • Salimos hacia fuera de la iglesia.
    • Antes de salir hacemos la señal de la cruz.

SEGUNDO MOMENTO

  • Dinámica: ¡Viajeros al tren!

Se divide a los niños como mínimo en dos grupos. Cada grupo se transforma en un tren, donde todos se colocan en fila, agarrados por la espalda y con los ojos cerrados menos el último que conduce. Cada grupo elige el destino de su tren.
El maquinista, para guiar el tren, tiene un sistema de señales:

  • Un golpe en la espalda… el tren camina recto hacia delante
  • Dos golpes en la espalda… el tren se para
  • Tres golpes en la espalda… el tren camina recto hacia atrás
  • Un golpe en el hombro derecho… el tren gira a la derecha
  • Un golpe en el hombro izquierdo… el tren gira hacia la izquierda

Cuando el maquinista grita ¡CAMBIO!, todos los vagones se separan e intentan formar un nuevo tren con los compañeros de otros grupos.

Comentario del juego:

Este juego es para fomentar la coordinación y cooperación entre los niños. Todos somos importantes. Igual que para hacer el juego es imprescindible la colaboración de todos, para que la Iglesia crezca y el evangelio se extienda cada vez más también es imprescindible nuestra colaboración para hacer presente a Jesús allá donde nos encontremos.

TERCER MOMENTO

JOSUÉ Y LA TIERRA PROMETIDA

 Vamos a contar a los niños la historia de Josué y la tierra prometida. Es muy importante que el catequista no la lea literalmente, sino que la vaya dramatizando según la va contando y haciendo gestos para que los niños los repitan y así puedan seguir mejor la historia.

RELATO

El pueblo de Israel lloró la muerte de Moisés, porque le querían mucho y ya no le verían más. Entonces, Dios escogió a un joven llamado Josué, para que fuera jefe de su pueblo. Así entraron en la Tierra Prometida, sabiendo que tendrían que luchar contra muchos pueblos.

La primera ciudad que encontraron al entrar a Canaán fue Jericó. Estaba rodeada de altas murallas y no podían entrar. Dios le dijo a Josué: «Dad vueltas alrededor de la ciudad tocando las trompetas». Los israelitas obedecieron y estuvieron durante seis días dando vueltas a la ciudad. El séptimo día, las murallas se cayeron solas y pudieron entrar.

Después de entrar en Jericó, a los israelitas les fue muy fácil conquistar aquella tierra. Josué la repartió entre las doce tribus de Israel. Sembraron trigo, plantaron árboles frutales y criaron vacas y ovejas. Así, vivieron felices durante mucho tiempo, pero como no tenían a nadie que les guiase empezaron a portarse mal. Dios les dio unos jefes, llamados Jueces, para que les ayudaran a ser buenos.

COMENTARIO

Comentamos con los niños la historia de Josué  y la tierra prometida:

  • ¿A quién eligió el Señor? ¿Qué hizo Josué?
  • ¿Cómo se llama la ciudad que se encontraron? ¿Qué hicieron para conquistarla?
  • ¿Cómo repartió Josué la tierra?
  • ¿Qué hicieron los israelitas? ¿Cómo vivieron?

CUARTO MOMENTO

  • Damos gracias al Señor por nuestra familia y por el hogar que nos ha dado.
    • Cada niño puedo explicar a todos cómo es su casa y lo que más le gusta de ella.
  • Le pedimos a Dios por nuestra familia, para que todos vivamos felices y alegres en nuestro hogar.
    • Fórmula de oración: “Gracias Jesús por mi familia y el hogar que nos das. Que todos los hombres vivamos como hermanos”.
  • Juntos rezamos el Padre Nuestro.

 

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