SESIÓN 06 (2 ciclo)

SESIÓN 6 – TIEMPO ORDINARIO

  • OBJETIVOS
    • Descubrir el 6 Mandamiento de la Ley de Dios: “No cometerás actos impuros”.
    • El Señor ha regalado su cuerpo al hombre para que lo cuide y así poder amar a los demás y vivir conforme Dios quiere.

  • DESARROLLO

PRIMER MOMENTO

RUTINA

  • Oración en la Capilla

SEGUNDO MOMENTO

  • Reunión por grupos
    • Leemos los mandamientos de la página 154 del Catecismo.
  1. No cometerás actos impuros.
  • Vemos el video sobre el sexto Mandamiento: “No cometerás actos impuros”.

  • Comentamos el video con los niños en el grupo. Nos tenemos que aceptar tal y como somos.
  • Lee el último párrafo de la página 96 del Catecismo:
  • Todos tenemos que valorar y respetar nuestro cuerpo.
    • Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Dios está dentro de nosotros y por eso tenemos que saber que nuestro cuerpo es para alabar y servir al Señor:
      • ¿Cómo?: Poniendo en práctica el Evangelio. Jesús nos pide que nos amemos los unos a los otros.
    • ¡Somos un regalo de Dios! Al hombre y a la mujer los ha creado Dios. A todos iguales. No ha hecho distinciones entre ninguno.
      • Todos somos diferentes y somos iguales para Dios. Dios no quiere a unos más que a otros sino que nos quiere a todos de la misma manera.
    • ¡Nuestro cuerpo es bello! Al ser de una manera diferente nos tenemos que aceptar tal y como somos. Dios ha querido que seamos así de bellos.
      • Lo que hace que nos sintamos mal con nosotros mismos es la envidia y el deseo cuando nos comparamos con los demás. ¡Para Jesús cada uno somos preciosos!
      • ¡Dios no nos quiere cambiar!
  • Cuento: Goldi, una princesa diferente.

El mundo de los cuentos esperaba a su nueva princesa. Prepararon todo con esmero, pero no contaban con que fuera gordita. Nada de lo que habían preparado sirvió: ni los vestidos, ni el baile, ni las páginas del cuento, ni siquiera la historia de amor con el príncipe… nada. Pensaron que se trataba de un error, pero la máquina de crear princesas lo confirmó cien veces: Goldi era la princesa perfecta.

Volvió loco al sastre de palacio que, acostumbrado a lujosos vestidos de cinturita de avispa, no sabía cómo hacer ropa deportiva, pantalones o camisetas.

Volvió locas a las damas de la corte, cuando rechazó al guapísimo y admiradísimo príncipe azul preparado para ella, y se casó con un chico bajito y delgaducho, pero muy divertido.

Volvió locos a los generales del reino, cuando el país entró en guerra y, en lugar de esperar tranquilamente en palacio, decidió dirigir la batalla ella misma.

Volvió locos incluso a los escribanos, quienes tuvieron que buscar para su cuento un libro mucho más ancho en el que hubiera sitio para ella.

Pero aprovechó aquel libro tan gordo para llenarlo de historias y aventuras, de ocurrencias divertidas y frases sabias, de personas interesantes a las que conocer y de amigos y amigas fantásticos que nunca hubieran pensado que podrían aparecer en un cuento de princesas, porque jamás habrían entrado en libros tan delgados.

Y casi nadie lo sabía, pero el resto de princesas, guapísimas y delgadísimas, estaban aburridas de vivir siempre las mismas historias tontas de amor a primera vista en las que ellas nunca hacían nada interesante -entre otras cosas, porque esas historias simples eran las únicas que cabían en sus finísimos libros-. Por eso, cuando leían el cuento de Goldi, la princesa gordita, sentían la mayor de las envidias, y pensaban para sus adentros: esta sí que es una princesa perfecta.

  • Comentario:
    • ¿Cómo era Goldi?
    • ¿Qué es lo que hacía?
    • ¿Qué pensaba la gente de ella?
    • ¿Qué escribieron de ella?
    • ¿Qué pensaban y sentían las otras princesas? ¿Por qué?
    • ¿Dónde estaba el secreto de Goldi? ¿Era feliz?
  • Repasamos los Diez Mandamientos en la página 154 del Catecismo.

PADRE NUESTRO

 

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