El Pueblo de Israel vivía esperando al Enviado de Dios.
Dios por amor nos ha entregado a Jesús para que no salve y aprendamos a vivir como una auténtica familia.
Dios eligió a María como Madre de Jesús, el Mesías Salvador.
DESARROLLO
PRIMER MOMENTO
Oración en la Capilla.
SEGUNDO MOMENTO
Leemos y explicamos a los niños el tema 7 del Catecismo Jesús es el Señor (páginas 26 y 27).
Ideas:
El Pueblo de Israel estaba triste porque pensaba que Dios se había olvidado de su promesa.
Dios elige a los Profetas para hablar al pueblo de Israel y decirles:
Que no se ha olvidado de ellos.
Que tienen que hacer las cosas mejor.
Que Dios va a enviar un Mesías que les devolverá la alegría y la confianza en el Señor.
Había un pequeño grupo que confiaba plenamente en Dios y tenía mucha fe en Él. A este grupo pertenecía la Madre de Jesús.
La Historia del Pueblo de Israel es una promesa de Salvación.
Dinámica: Mantener viva la Esperanza y no dejar de confiar.
Haremos un recorrido con obstáculos (estos serán los miembros del grupo), y al final del trayecto dejaremos un objeto.
Elegimos dos voluntarios: Uno hará de lazarillo y el otro de guía. Al lazarillo le vendamos los ojos y el guía desde su sitio irá dando instrucciones al lazarillo.
El objetivo es que el lazarillo encuentre el objeto dejado al final del trayecto.
Vamos cambiando de lazarillo el tiempo que se estime oportuno.
Puesta en común: Reflexionaremos con los niños que a pesar de las dificultades y problemas que nos podamos encontrar siempre va a ver una voz (como la del guía), que es la voz de Dios que nos va a ir indicando el camino, y nos va a ayudar a llegar hasta el final. Dios siempre está a nuestro lado y nunca se olvida de nosotros como tampoco se olvidó del Pueblo de Israel.
Repasamos las oraciones del cristiano (páginas 153-157).